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HISTORIA DE LA PARROQUIA

En las Relaciones, mandadas hacer por su majestad en el año 1579, se precisa, que la Villa de la Alameda tiene una iglesia nuevamente reedificada, de una sola nave, muy alegre y vistosa, bajo la advocación de Sta. Catalina Virgen y Mártir, con buenos ornamentos, ser anexa de la parroquial de S. Pedro de barajas, Arciprestazgo de Madrid y Arzobispado de Toledo.

Tiene un ingente crucifijo de gran devoción en la comarca, de dos metros y medio de alto, clavado en cruz y pesa 8 kilos. La imagen fue traída por un vecino de las Indias y siendo recibida en Madrid con una gran solemnidad del clero, de cruces y pendones nobiliarios, y a ello asistieron gran multitud de gentes.

Se refiere que el 1 de Mayo de 1773 hubo una enorme sequía, a lo que la imagen fue llevada a Ntra. Sra. de Atocha de Madrid, donde tras devoto novenario vino a caer gran cantidad de agua, remediando los panes y los trigos que mejoraron mucho.
Se conmemoraban en aqueste lugar de las Alamedas a los Santos Sebastián y Roque, que poseen pequeñas ermitas; dichos santos abogan contra la peste que hubo aquestos años.

Igualmente se guarda la fiesta de S. Pantaleón , intecesor contra el escarabajo que destruía los viñedos. (Los viejos gustaron uvas por ende C/ Rioja y Club Brezo).

En el camino de la corte, de Toledo a Zaragoza, había junto a un mesón otra ermita de cal y canto al nombre de S. Cristóbal, muy visitada por peregrinos y caminantes.

A un tiro de arcabuz hay un viejo monasterio de monjas de Sto. Domingo el Real de Madrid. (Fue expropiado por la Desamortización, hoy Colegio de Osuna). Dicho Monasterio tenía muchas huertas, fincas y heredades y lo habitaba un Mayordomo con el cargo de cobrar las rentas.

Mas tarde los duques de Osuna patrocinan la iglesia y crean la Villa de Osuna. Proponen el Cura Regidor de la Iglesia, se añaden las imágenes de la Soledad y S. Francisco de Asís. Conciben el oratorio franciscano dentro del palacio. Entre cipreses hay fosas con losas. Los duques esperaban que los frailes de dura disciplina y oración, paliaran las maldades que ellos pudieran cometer.

La pequeña ermita del parque, cubierta de musgo, rodeada de cipreses, junto a la alberca, con fuente que mana, con un pedestal de asiento para los frailes, lugar de mayor soledad, con una estatua de ermitaño sentado, envuelto con duro sayal, ceñido de cuerda y rosario en mano, libro abierto, figura impresionante y casi viviente, evocaba al beato Arsenio, que durante 26 años residió en el lugar intercediendo a Dios por las liviandades de los señores duques.

La casa de Osuna introdujo la hermandad de Santo Niño Jesús, devoción muy celebrada en todas las posesiones del Duquesado, así pueblo de Osuna (Sevilla).

La iglesia antes de la Desamortización tenía la huerta de Nuestra Señora de la Concepción.

Un fuego en 1782 y la Posición Jaca que en 1936 utilizóla como almacén destruyeron archivos y mucho de ayer.

En la actualidad ha sido remodelada bajo proyecto de Jaime Luque.La reforma se acabó en Noviembre de 1996.

HISTORIA Y LEYENDA DE SANTA CATALINA

+ Catalina, hija del rey Costo, estudió desde niña las artes liberales. A los 18 años vivía huérfana, rodeada de criados y riquezas, bajo el dominio del césar Maximino, que, por aquella época, hacia el año 310, promulgó un edicto, ordenando que acudieran a Alejandría todos los habitantes de la comarca, para ofrecer sacrificios a los dioses, castigando severamente a cuantos se negasen.

+ Catalina se presentó ante él y mantuvo un largo debate sobre el creador del mundo y las leyes que lo rigen. Maximino, profundamente impresionado por su belleza y sabiduría, inquirió de la joven quién era comprendiendo que para ella lo único importante era Jesucristo, a cuyo amor vivía consagrada, y que no estaba preparado para debatir con ella, por ello mandó llamar secretamente a los más famosos sabios del imperio, y al enterarse Catalina, se encomendó al Señor, que por medio de un ángel, le hizo saber que no sólo derrotaría a sus oponentes, sino que que los convertiría y prepararía para recibir el martirio.

+ Y así ocurrió: los oradores quedaron atónitos y se vieron obligados a guardar silencio, no siendo capaces de replicarle, por lo que todos ellos, convencidos por sus argumentos irrebatibles, se convirtieron al Cristianismo. El tirano se enfureció y les condenó a la hoguera, en la que murieron milagrosamente sin ser ni siquiera chamuscados por las llamas.

+ Al negarse Catalina a ser primera dama del césar, mandó éste que la azotaran con cadenas y escorpiones, la encerraran en un calabozo oscuro y la mantuvieran incomunicada y sin alimentar. La emperatriz, acompañada del general Porfirio, se presentó secretamente en la prisión, quedando sorprendida al ver la mazmorra iluminada por los ángeles que curaban las heridas a Catalina, que le correspondió exponiéndole la doctrina cristiana y convirtiéndola a la fe de Cristo, anunciándole que, también ella, sería recompensada con la corona del martirio. Porfirio, conmovido por cuanto vio y oyó, se convirtió también y con él muchos de sus soldados.

+ Durante aquellos días de prisión, Cristo la alimentó con un manjar celestial que una paloma blanca le llevaba a diario. Al ver tal prodigio, el césar quiso convertirla en reina y cubrirla de honores, pero catalina prefirió seguir consagrada a su esposo omnipotente y eterno que entregarse a un hombre despreciable y pendenciero.

+ De nuevo le fue planteado el dilema: ofrecer sacrificios a los dioses o morir entre torturas. Los prefectos del emperador idearon unas ruedas cuajadas de agudísimos clavos y cuchillas que destrozarían su cuerpo. Catalina oró, y las ruedas saltaron en mil pedazos, hiriendo a sus verdugos. La emperatriz recriminó al emperador su crueldad que, colérico, ordenó que le arrancaran de cuajo los pechos, y luego le cortaran la cabeza. Y así fue martirizada, confortada por la santa. Porfirio consiguió enterrar su cuerpo reverentemente y se presentó al césar para decírselo, y exculpar a los soldados, haciéndole saber que también él era cristiano. La mayoría de los presentes manifestaron lo mismo y que estaban dispuestos a morir antes que renegar de su fe, por lo que, ciego de ira, condenó a todos a morir degollados.

+ Y de nuevo intentó seducir a Catalina, esta vez ofreciéndole compartir el trono. Catalina declaró estar dispuesta a compartir los anteriores tormentos antes que aceptar sus proposiciones, y fue sentenciada a morir ese mismo día decapitada. Al oír esto, levanto los ojos al cielo y oró: » ¡ Señor Jesús, te suplico me escuches, a mi y a cuantos a la hora de su muerte, recordando mi martirio, invoquen tu nombre !» Entonces se oyó una voz de lo alto que decía: «¡ Ven amada mía, esposa mía, que ya están abiertas las puertas del paraíso, para acogerte en él !, ¡ Yo te prometo que ampararé a cuantos recuerden cuánto has sufrido por mí y honren tu memoria !»

+ Instantes después, la espada cercenaba su cabeza, pero no brotó sangre, sino leche, y los ángeles recogieron su cuerpo y lo trasladaron al monte Sinaí, donde reposa desde entonces, exhalando un delicioso aroma que devuelve la salud a cuantos lo aspiran.